Crónica de una muerte anunciada
"El día que lo iban a matar, Santiago Nasar se levantó a las 5.30 de la mañana para esperar el buque en que llegaba el obispo. Había soñado que atravesaba un bosque de higuerones donde caía una llovizna tierna, y por un instante fue feliz en el sueño, pero al despertar se sintió por completo salpicado de cagada de pájaros. «Siempre soñaba con árboles», me dijo Plácida Linero, su madre, evocando 27 años después los pormenores de aquel lunes ingrato. «La semana anterior había soñado que iba solo en un avión de papel de estaño que volaba sin tropezar por entre los almendros», me dijo. Tenía una reputación muy bien ganada de intérprete certera de los sueños ajenos, siempre que se los contaran en ayunas, pero no había advertido ningún augurio aciago en esos dos sueños de su hijo, ni en los otros sueños con árboles que él le había contado en las mañanas que precedieron a su muerte."
El valor de esta novela de Gabriel García Márquez (colombiano, premio Nobel de Literatura) reside en cómo, contándonos el final de la historia en la primera línea, consigue engancharnos hasta el final. Sabemos que Santiago Nasar va a morir. Todo el mundo lo sabe. ¿Por qué? Una obra magníficamente escrita de uno de los mejores escritores en lengua española de todos los tiempos. Pasen y lean...
8 comentarios
Inma Soto -
ángela Leflet Romero -
María Gracia SotoVillegas -
Estefanía Cárdenas Gutiérrez -
Teresa Díaz Ayuga -
José Joaquín Trenado de la Rosa. 4º E.S.O. A. -
La obra empieza contando la historia por el final, es decir, por la muerte de Santiago Nasar, el protagonista. Éste no sabe que los hermanos Vicario lo están buscando para matarlo, con el único propósito de vengar el honor arrebatado a su hermana Ángela.
A partir de ahí, va retrocediendo y avanzando en el tiempo, llegando incluso a relatarnos el destino de los supervivientes 27 años después.
En fin, una novela un tanto extraña y fácil de leer. Sin embargo, no ha sido lo que yo esperaba. Hubiese preferido un relato en el que se siguiese un orden lineal.
Mi puntuación, pues, es de un 3.
Miguel Alejandro García Benítez -
María José Fernández González -