"Bastará decir que soy Juan Pablo Castel, el pintor que mató a María Iribarne; supongo que el proceso está en el recuerdo de todos y que no se necesitan mayores explicaciones sobre mi persona.
Aunque ni el diablo sabe qué es lo que ha de recordar la gente, ni por qué. En realidad, siempre he pensado que no hay memoria colectiva, lo que quizá sea una forma de defensa de la especie humana. La frase "todo tiempo pasado fue mejor" no indica que antes sucedieran menos cosas malas, sino que —felizmente— la gente las echa en el olvido. Desde luego, semejante frase no tiene validez universal; yo, por ejemplo, me caracterizo por recordar preferentemente los hechos malos y, así, casi podría decir que "todo tiempo pasado fue peor", si no fuera porque el presente me parece tan horrible como el pasado; recuerdo tantas calamidades, tantos rostros cínicos y crueles, tantas malas acciones, que la memoria es para mí como la temerosa luz que alumbra un sórdido museo de la vergüenza. ¡Cuántas veces he quedado aplastado durante horas, en un rincón oscuro del taller, después de leer una noticia en la sección policial! Pero la verdad es que no siempre lo más vergonzoso de la raza humana aparece allí; hasta cierto punto, los criminales son gente más limpia, más inofensiva; esta afirmación no la hago porque yo mismo haya matado a un ser humano: es una honesta y profunda convicción. ¿Un individuo es pernicioso? Pues se lo liquida y se acabó. Eso es lo que yo llamo una buena acción. Piensen cuánto peor es para la sociedad que ese individuo siga destilando su veneno y que en vez de eliminarlo se quiera contrarrestar su acción recurriendo a anónimos, maledicencia y otras bajezas semejantes. En lo que a mí se refiere, debo confesar que ahora lamento no haber aprovechado mejor el tiempo de mi libertad, liquidando a seis o siete tipos que conozco..."
De esta forma tan llamativa se inicia la novela del argentino Ernesto Sábato. Se trata de una obra breve (unas cien páginas) en la que su protagonista, un pintor, cuenta cómo conoció a María Iribarne y por qué la mató. En la novela asistimos a esta historia pero, sobre todo, a las reflexiones del protagonista, a sus oscuros razonamientos, a un cerebro que le da la vuelta a cada frase hasta enloquecer, a la mente de un ser agresivo y desconcertante. Una paranoia total. A pesar de su brevedad, no es una obra fácil. Si eres de los que le da mil vueltas a la cabeza, puede gustarte.
4 comentarios
Luciana -
gracias por postearlo
David Pérez Fernández 4º E.S.O C -
María Llano Sosa -
Alejandro Martín Japón. 4º E.S.O. A. -
Mi puntuación, pues, es de un...... 2.